16.10.15


Llegamos aquí tras la pista de unas sombras

que creímos ver como nuestro destino;

nos vamos de aquí ahora

sintiendo

que sí, en efecto,

durante muchos años logramos

pudimos ser,

esas sombras anheladas que por tanto tiempo

ocuparon nuestra mente y nuestros impulsos de ser.



Fuimos las sombras cruzando por los pasillos;

Fuimos las sombras en búsqueda de luz.



Ya no nos faltan ojos para poder verlas.

Ni nos sobran instantes para jugar

a imaginarlas.



Sabemos que después de estos años,

después de tanta luz perdida del Sol,

las hemos visitado

y por gracia fortuna,

conocido desde su interior.



Y sí… en efecto:

son sombras, así

llanamente sombras;

y sombras todavía 

a su imagen de siempre van a ser.



Las sombras nos han visitado

y nosotros nos hemos dejado visitar por ellas.



Esta es nuestra experiencia

y esta es nuestra pequeña historia por compartir.



Continuemos sí

que el camino aún no termina,

y  salgamos al exterior para dejar espacio

a los nuevos ojos que ya se aproximan…

y que avante en su dilatación de pupila

todavía se mantienen abiertos,

anestesiados,

como venados al filo del bosque

en busca de la fina estela de sombras

que hizo un trazo y partió la noche en dos.



Sebastián Botija         
Octubre 2015
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