MEDIO AMBIENTE
* Respetar derechos de los más desfavorecidos, acuerdo de OSC
-- Acuerdo del "Diálogo entre los pueblos" en Cancún
Por Georgina Ventura, corresponsal
Cancún, Q. Roo. 13 dic 10 (CIMAC).- Un día antes de que concluyera la COP16, el presidente de Bolivia, Evo Morales llegó al centro deportivo "Jacinto Canek" de esta ciudad, para sostener un intercambio con las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), que luchan contra el calentamiento global a nivel mundial.
El mandatario detalló ante las organizaciones que se ha emprendido el camino para conseguir que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconozca los derechos de la madre tierra, como el vivir libre de contaminación.
Enfatizó que en ese marco no es posible seguir permitiendo la extracción, privatización y mercantilización de los recursos naturales. Anunció la necesidad de debatir para la concepción de una nueva tesis o doctrina política basada en la lucha contra el capitalismo a partir de la defensa de la madre tierra, orientada a cambiar las prácticas de producción y consumo que deterioran la naturaleza.
Entre el 5 y el 10 de diciembre, en forma simultánea a la 16 Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16), diversas organizaciones sociales llevaron a cabo debates e intercambio de experiencias de lucha y realidades que aquejan a los pueblos del mundo a raíz del calentamiento global como la crisis
energética, la soberanía alimentaria y la migración, como consecuencia del cambio climático.
La inequidad de género ante la crisis climática, la privatización de los recursos naturales, los derechos de la madre tierra, la mercantilización del agua, los bosques, la minería, las represas, el financiamiento de la crisis, fueron los ejes temáticos que establecieron las bases de las discusiones en los espacios generados en el "Diálogo entre los pueblos".
Al foro de las organizaciones, asistieron aquí grupos nacionales e internacionales de todos los continentes, obreros, campesinos, indígenas, de mujeres, del movimiento urbano popular, ambientalistas, activistas, intelectuales y jóvenes.
Durante la movilización del 7 de diciembre que organizaron aquí, exigieron que los gobiernos asuman compromisos de reducciones obligatorias de misiones de gases de efecto invernadero en las cantidades necesarias (50 por ciento), para estabilizar el aumento global de la temperatura en menos de 2 grados, como lo exigen las
conclusiones científicas del panel de expertos y supone acordar un segundo periodo de compromisos del Protocolo de Kyoto. De acuerdo con las organizaciones, el volumen de reducción de emisiones debe ser definido por la ciencia, bajo el criterio de la salvación del planeta y no el que cada país esté dispuesto a ofrecer.
Dicho volumen necesario debe ser asumido por los mayores emisores de gases, como lo establece el
Acuerdo Marco entre las partes y lo establece el protocolo de Kyoto, manteniendo la
proporcionalidad de las responsabilidades y compromisos según las emisiones acumuladas.
LA JUSTA TRANSICIÓN
El planteamiento del Diálogo climático entre los pueblos sostiene que el nivel necesario de reducción de emisiones no puede hacerse sin una transición justa, a un cambio profundo del modelo de producción y consumo, que incluye un cambio de
matriz energética hacia energías limpias, pero que a la vez no ocupe territorios indígenas o indispensables para la agricultura, la seguridad y la soberanía alimentaria.
La transición también debe ser justa con las y los trabajadores y no destruir empleos y una política pública para re-insertar a los trabajadores-as de los viejos empleos en el nuevo tipo de empleo decente hoy necesario.
La exigencia de la justicia climática de estas organizaciones pasa por exigir que quienes más han dañado a la Madre Tierra tienen la obligación de reducir más sus emisiones, reparar el daño y transferir apoyos financieros y tecnológicos a los países del Sur, para enfrentar el problema.
Los apoyos financieros y tecnológicos no deben ser préstamos, sino pago por reparaciones y reconocimiento de la deuda ambiental. Tampoco deben tener más condicionalidad que usarlos para mitigar el cambio climático, adaptarse y
enfrentar los daños sociales causados por él.
Estos recursos no deben ser manejados por el Banco Mundial ni ninguna de las Instituciones financieras internacionales y la banca privada, que han estado apoyando el modelo neoliberal y depredador.
Durante el debate quedó claro que la crisis climática no sólo tiene causas claras, sino
responsables evidentes: los países altamente industrializados y sus empresas transnacionales, para las organizaciones, nadie debe evadir su responsabilidad pero debe ratificarse el principio de la Convención, para las organizaciones, la responsabilidad de la crisis es de todos y todas, pero dichas responsabilidades son diferenciadas.
SOLUCIONES A CRISIS CLIMÁTICA
Las organizaciones exigen también verdaderas soluciones a la crisis climática, los mercados de carbono, de la biodiversidad, agrocombustibles, represas, aventuras tecnológicas de consecuencias impredecibles. Rechazaron la mercantilización de
la vida, según ellas, la solución está en enfrentar las causas sistémicas en la forma de producir y de consumir.
Proponen la reforestación con plantas nativas, con prácticas ancestrales de las comunidades indígenas y campesinas, evitar la deforestación ydegradación de suelos, generada por la misma explotación de los bosques y extracción de recursos naturales de las selvas, con respeto a los derechos de las comunidades que los habitan.
Criticaron a los países industrializados que pretenden acabar con el protocolo de Kyoto y la convención que utilizan las promesas de financiamiento para quebrar voluntades, dividir grupos como el G 77 + China, aislar a Bolivia y a
los países del ALBA, culpándolos del fracaso de la COP16, mientras que los verdaderos culpables de este fracaso son los países que continúan promoviendo falsas soluciones.
Al término de la COP16 y del Diálogo climático entro los pueblos, las organizaciones sociales e instituciones esperan transitar con justicia a unnuevo modelo de producción y consumo.
"Las verdaderas soluciones deben incluir un pleno respeto y garantía a todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, ambientales, culturales de los pueblos indígenas y de las mujeres y de las personas más desfavorecidas", concluyeron.
MEDIO AMBIENTE
* No es real la preocupación de gobiernos: mujeres ambientalistas
-- En Guerrero empezamos solas cuando se estaba secando el río
Por Nadia Altamirano Díaz, corresponsal
Cancún, Q. Roo, 13 dic 10 (CIMAC).- Quien vea a Celsa Valdovinos Ríos, una mujer de 54 años de edad, que vive a cinco horas de Chilpancingo, Guerrero, podría pensar que poco o nada sabe de la Convención Mundial de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, pero no es así.
"La COP 16 es como una acción política, los gobiernos no se preocupan realmente, tienen años discutiendo esto y no han logrado que Estados Unidos y los países industrializados disminuyan la emisión de gases de efecto invernadero", dice.
Celsa, quien en 2002 animó a otras 11 mujeres a sembrar hortalizas en los patios de sus casas y formar la Asociación Civil "Organización de Mujeres Ecologistas de la Sierra de Petatlán", ha comprobado que las "reglas" que aprueban los gobiernos para proteger el medio ambiente, sólo se aplican con los pobres.
"Donde yo vivo agarran a una persona que lleva una carga de leña pero permiten que las empresas saquen la madera porque tienen un permiso".
Celsa va de regreso a Guerrero
Fue a la COP16 en Cancún para platicar su experiencia en uno de los tres espacios alternos que el Gobierno Federal habilitó para organizaciones no gubernamentales que no fueron acreditadas para esta convención.
Un año después de que en Japón se firmó el Protocolo de Kyoto para que se redujeran lasemisiones de contaminantes que causan el calentamiento del planeta, varios hombres dePetatlán, incluido Felipe Arriaga, el esposo deCelsa, se opusieron a que se siguiera extrayendola madera porque los manantiales ya se estaban secando.
"Nosotros vimos que se estaba secando el agua, se organizaron para bloquear la carretera, loscaciques de ahí acusaron a mi esposo de serguerrillero y a otros 20 dirigentes los persiguieron.
Mi esposo se fue, en el 99 estuvo un año escondido en cuevas, en lo alto de la sierra".
Esa persecución implico para Celsa abandonar su casa en Banco Nuevo, en el ejido de Petatlán. "Me fui a donde hubiera escuela para mis dos hijos y una hija". Eso lo encontró en la comunidad Barra de Potosí, en el ejido vecino de El Mameyal.
Cuando pudo volver a Banco Nuevo, ya no lo hizo, prefirió irse a vivir a El Zapotillal, donde empezó a organizar a las mujeres.
"Es una comunidad como de 15 casas, en la zona tropical de Guerrero. En el 2001 acompañé a mi esposo a una reunión ecologista en Coatepec, Veracruz y de ahí salí con el compromiso de formar un grupo para cosechar hortalizas, porque nosotros también podemos cuidar el medio ambiente".
Y ahí hizo lo hizo, animó a 11 mujeres para que empezaran a tener sus huertos familiares. Al año ingresaron más mujeres que "cosecharon alimentos que ahí no se consumían, porque sólo sembraban maíz y frijol".
En el 2002 constituyó la Asociación Civil Organización de Mujeres Ecologistas de la Sierra de Petatlán. En el 2003 ya eran 60 integrantes yahora son 100 en 13 comunidades.
Todas se han convertido en ecologistas que denuncian los intentos de tala clandestina y cuidan el bosque de incendios, se suman a la reforestación que empezaron en el 2003 para que a la fecha tengan 176 mil árboles de cedro rojo plantados a los largo de la cuenca de Petatlán.
"Ahorita tenemos dos años trabajando en barreras de piedra para retener la tierra de pueblos que se convierten en barrancas, la tierra se nos está yendo al mar porque no hay árboles". Eso también les ha permitido recuperar manantiales y "evitarque los ríos se sigan secando".
Además, "damos pláticas para promover el cuidado del medio ambiente y la buena alimentación,ayudamos a limpiar ríos y desde el 2004 tenemos una caja de ahorro".
Ni Celsa ni las mujeres que ahora están organizadas en Petatlán esperaron a que las
autoridades las impulsaran, ni su actividad ambientalista depende de que los 194 países queparticiparon en la COP16 lleguen a un acuerdo:
"Nosotros empezamos solas porque vimos que se estaba secando el río, empecé a aprender de lasdemás organizaciones civiles, no del Gobierno".
Del 29 de noviembre al 10 de diciembre sesionará en Cancún la decimosexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 16). La crisis climática es grave y lo que hay en juego en el mundo real es mucho.
Pese a esto, los gobiernos más poderosos –que son los más contaminantes y cargan con la mayor deuda climática–, con la colaboración de los anfitriones, decidieron de antemano que Cancún será sólo una parada, donde
no habrá fracasos, porque no intentan un nuevo acuerdo global. Esta declaración de unos pocos, funciona como profecía auto-cumplida, ya que las decisiones se toman por consenso. Otra vez, como hicieron en Copenhague, se proponen secuestrar todo esta Convención de Naciones Unidas, para lograr lo que quieren sus trasnacionales, aunque la crisis climática empeore.
Que no haya acuerdo global, vinculante, de reducciones reales de emisiones –no a través de soluciones falsas como mercados de carbono o nuevas tecnologías– facilita que sigan cabalgando en el espurio
Entendimiento de Copenhague, que no es parte de Naciones Unidas y cuyos
compromisosvoluntarios llevarían a un aumento de la temperatura de 3-4 grados en promedio, un escenario de catástrofe premeditada para muchos países del Sur.
Pero sí hay algunos temas –de enorme relevancia por sus nefastas consecuencias– sobre los que la mafia climática quiere lograr acuerdos en Cancún. Los principales son: la privatización del aire, a través de la privatización de facto de los bosques en todo el planeta con los programas REDD+; la creación de un mecanismo financiero que podría significar instaurar una nueva era de Programas de Ajuste Climático (parafraseando los Programas de Ajuste Estructural del FMI y Banco Mundial); y la creación de un Comité de Tecnologías para el cambio climático, tema opaco que puede cobijar la promoción de tecnologías muy dañinas, como cultivos transgénicos, geoingeniería y otras aventuras tecnológicas con fuertes impactos ambientales y sociales, además de funcionar como agencia de protección de patentes de las trasnacionales.
Tambien hay propuestas para incluir suelos y agricultura en
mercados de carbono, un nuevo ataque contra la agricultura campesina, esencial para alimentar el mundo y para enfriar el planeta.
Lo más grave en la COP 16 es el intento de mundializar los programas REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques), que es uno de los mayores asaltos globales a los bienes comunes de comunidades y pueblos indígenas y campesinos. REDD+, como explico en artículos anteriores, es una moneda que con una cara premia a los grandes deforestadores (si dejan en pie un rídiculo 10 por ciento de lo que talan) y con la otra, compra comunidades forestales, como pago por
servicios ambientalesde absorción de carbono en sus bosques. Aunque conserven su título de propiedad, REDD significa una expropiación de los territorios, porque los pueblos ya no pueden decidir sobre ellos. (Ver Ana de Ita, REDD y pueblos indígenas, La Jornada)
Programas de servicios ambientales forestales ya existían en varios países. Hay historia de comunidades despojadas de sus territorios a partir de éstos. Pero los bosques no son aceptados dentro de la Convención de Cambio Climático como válidos para generar certificados de reducción o bonos de carbono, porque es imposible medir con exactitud cuánto CO2 realmente disminuyen.
Lo que se pretende en la COP 16 es que a través de los programas REDD+, se validen globalmente los bosques como generadores de bonos de carbono. Si esto se aprueba, se colocan todos los bosques del mundo como cotos de caza para los especuladores.
Es un banquete para un mercado deprimido por la crisis financiera: lo que se paga a las comunidades es una mínima fracción del valor de reventa de esos
derechos de absorción de carbonoa otras empresas y especuladores. Las empresas más sucias, las que generan más gases de efecto invernadero, con REDD+ pueden seguir contaminando, justificarse alegando que hay bosques que están
absorbiendosus emisiones, y aumentar sus ganancias con la reventa de bonos.
El
problemapara este negocio es que los bosques están habitados, en todo el mundo, por comunidades indígenas. Por eso, las empresas, junto a ONG conservacionistas y gobiernos, se han ensañado en vender REDD como beneficio y reconocimiento a las comunidades forestales, cuando en realidad es un despojo a gran escala.
Sin duda, las comunidades indígenas y campesinas tienen un rol fundamental para equilibrar el clima. Justamente por eso no pueden quedar a merced del mercado especulativo de las trasnacionales o de la
beneficenciade ONG. Deben ser apoyadas y reconocidas en la integralidad de sus derechos, no en transacciones comerciales ni como cartas en el juego de políticos y ONG. Hablar de REDD
sin intervención del mercadoo con
derechos indígenas, como tratan de maniobrar algunos para justificar su involucramiento, es también una trampa. Si se trata de derechos, no pueden ser programas, ni condicionados a certificación externa ni en mecanismos diseñados para el mercado, como es REDD.
Finalmente, la cereza envenenada del pastel: En REDD+ la medición de carbono se hará con una combinación de tecnología satelital y de infrarrojos, y levantamientos minuciosos en terreno (geopiratería de avanzada). Además de alienarles el territorio, permite vigilar como nunca antes a los indígenas. No sorprende que el gobierno de Chiapas firmara con Schwarzenegger, gobernador de California, para avanzar programas REDD+ en la Selva Lacandona, donde siguen resistiendo las comunidades zapatistas.
*Investigadora del grupo ETC