Visiones e Intentos de este proyecto

La visión principal que nos guía es ir creando, explorando, difundiendo empezando desde lo pequeño, lo cercano, lo inmediato, para así ir creciendo en espiral pero siempre de una forma envolvente para que no queden espacios desatentidos en una dimensión demasiado grande para nuestra capacidad de intuír, reflexionar y accionar.

27.2.12

JARDINES ESCOLARES: ¿PORQUÉ SON IMPORTANTES?:



Al conectar a los niños al mundo natural por medio de cultivar comida y construir jardines hábitat, les damos la capacidad de cuidar de la ecología local.
En el jardín escolar se pueden desarrollar investigaciones sobre los misterios y milagros del suelo, los microorganismos y los patrones de las raíces. En el cielo se pueden estudiar las nubes, los patrones del clima, así como insectos y pájaros y otros animales que llegan al jardín. 
Los jardines escolares proveen de un espacio para que los alumnos se reconecten con la ecología a su alrededor . Los jardines les enseñan a los estudiantes sobre agricultura, cómo nos alimentamos y nos nutrimos, la importancia de cuidar la tierra y una apreciación de los sistemas naturales que sostienen la vida en nuestro planeta.  Al tener una experiencia directa de dónde provienen los alimentos, los niños pueden empezar a reconocer de qué formas son interdependientes con el resto de los seres vivos y los ciclos del planeta. El jardín es un espacio ideal para este tipo de investigaciones.
El aprendizaje en el jardín ocurre a través de la experiencia directa y la experimentación. Los cultivos son dejados para que den semillas, las calabazas dejadas a los elementos proveen de una oportunidad de que los alumnos observen el proceso de putrefacción, descomposición y eventualmente de redención cuando la siguiente generación de semillas germina.
Los alumnos investigan la creación de las formaciones terrestres al permitir que el agua corra hacia abajo por una colina. Los jardines son salones exteriores que introducen una aproximación de hacer pruebas de error dentro del aprendizaje, las manos se unen a la mente para resolver problemas con resultados tangibles.
El aprendizaje a través de los jardines se puede definir como: “una estrategia  educativa que utiliza al jardín como una herramienta para el aprendizaje”.  Además los jardines escolares también enseñan el curriculum pero por naturaleza son espacios educativos dinámicos que proveen de numerosas oportunidades de expansión más allá de los estándares. Posibilita experiencias directas del mundo que rodea a los niños. Al aprender a través de la acción y la estimulación de todos los sentidos, el jardín escolar amplifica y hace más atractivos los temas cubiertos en el salón tradicional.
 Los beneficios de los jardines escolares:


Varios estudios apuntan a que los jardines escolares mejoran los logros académicos, promueven estilos de vida saludables, impulsan un sentido de comunidad y de desarrollo social e inculcan un sentido de nuestro lugar en el mundo.
A través de su naturaleza dinámica, los jardines involucran una aproximación directa y experimental del aprendizaje a través de la investigación.
Los jardines escolares son laboratorios exteriores donde el crecimiento desde la semilla puede ser observado directamente y experimentar con él, los alumnos aprenden cómo formular una hipótesis de manera cotidiana y cómo probarla. ¿Crecerá la semilla si no la riego?, ¿qué pasa si no le da luz si le pongo Munch encima?, ¿la semilla brotará si la planto a principios de diciembre?. 
Los jardines escolares promueven estilos de vida saludables:
Numerosos estudios muestran un incremento dramático en la obesidad infantil y hay una alarma significativa sobre lo que estos indica para el futuro. Los niños se benefician enormemente al trabajar con el conocimiento sobre buena nutrición y para tomar decisiones sobre estilos de vida saludables, y todo esto es enseñado de manera completa a través de los jardines escolares.

La mayor parte de los estudios sobre los efectos de los jardines escolares indican que en gran parte la influencia positiva de los jardines se relaciona con la creciente conciencia sobre temas de nutrición y las prácticas de alimentación saludable. Las experiencias en el jardín mejoran el conocimiento y las actitudes sobre porqué comer vegetales, y también incrementa el consumo de estas comidas. Desde aprender a cocinar vegetales frescos, hasta disfrutar una comida compartida con amigos, hasta el trabajo físico de mantener el jardín, los alumnos comienzan a aprender hábitos positivos y de mantenimiento de la vida y la salud.
Un estudio publicado en 2007, encontró que los estudiantes involucrados de 6to grado en un programa de nutrición basado en el jardín, resultó  en un incremento de el consumo de frutas y vegetales a 2 ½ raciones al día, mas del doble de lo que solían comer.  Esto es debido al contacto directo con las plantas y a la proximidad y acceso a ellas en el programa que significativamente influenció el comportamiento en torno a los alimentos entre los estudiantes (McAleese y Rankin 2007,662-665). 


Por otro lado además de exponer a los alumnos a los vegetales frescos, el trabajo en el jardín escolar también requiere de ejercicio físico, por ejemplo al quitar hierbas, al poner Mulch, o al hacer otras actividades, que necesitan movimiento. Las actividades en el jardín son kinéticas e  incitan a una conciencia corporal que es muy importante descubrir desde una edad temprana.  El crear una atmósfera positiva y agradable en torno a la actividad física puede tener efectos que duren toda la vida.

Los Jardines escolares promueven una ética del cuidado ambiental:
Cada escuela ya sea rural, suburbana o urbana, reside en una cuenca dentro de un ecosistema. El agua, los desechos y los flujos de energía fluyen dentro y fuera del sistema. Estos sistema pueden ser claramente mostrados en el jardín. Numerosas actividades juegan un rol en la huella ecológica de una escuela. El hacer composta con los desechos, el poner mulch en las camas de cultivo, el regar las plantas con agua de lluvia colectada del techo y recoger basura alrededor de la escuela. El entender y cuidar el ecosistema en el que la escuela reside inculca una ética profunda de cuidado ambiental. Esa conciencia lograda en la escuela luego es llevada a casa a otro espacio también.
La investigación realizada en un proyecto de jardinería intergeneracional (juntando alumnos jóvenes con gente mayor) en 2007, mostró una conciencia incrementada de la ecología y una ética en los estudiantes que participaron. Los estudiantes mostraron un interés por cuidar del ambiente y un entendimiento de la interconexión dentro de la naturaleza como un principio ecológico. (Mayer.Smith y Peterat 2007, 77-85).
Los jardines escolares estimulan las comunidad y la participación social:
Habilidades para la vida como el trabajo en equipo, el voluntariado, la auto-comprensión, el liderazgo, habilidades para tomar decisiones y de comunicación, son citados frecuentemente como productos del aprendizaje basado en el jardín. Estos talentos son vitales para el desarrollo saludable de los individuos así como para crear una comunidad fuerte. Los estudiantes mayores pueden completar sus horas de servicio a la comunidad, enseñándoles a los más chicos o ayudando a organizar las actividades y herramientas. Y el jardín se vuelve un espacio que propicia muchas relaciones dentro de la escuela, cuando la comunidad organiza fiestas, días de trabajo y eventos para apoyar el trabajo del jardín.
Los Jardines escolares inculcan un sentido de  lugar:
Nuestro sentido de lugar, o del hábitat en el que vivimos, se ha vuelto cada vez menos claro cuando el desarrollo incontrolado devora los paisajes a través del mundo. El sentido de lugar es fundamental para entender quienes somos. ¿Cómo se ve el mundo natural, cómo se siente, cómo huele en esta parte del mundo?, nos ayuda a distinguir cómo las cosas son iguales y cómo son diferentes del resto del mundo. ¿Cómo  va a importarles  a los niños cuando crezcan temas planetarios como el cambio climático o los bosques talados, si no pueden apreciar su propio lugar en la tierra?. El desarrollar un sentido de lugar es crítico como una base para la conciencia y responsabilidad ecológica.
Muchos factores nos informan sobre qué cosas crecen en un lugar: el clima, el suelo, la geología, la topografía, las tradiciones y la historia. Todos estos conceptos se pueden mostrar a través del jardín escolar. Hay muchas lecciones que resaltan conceptos basados en el lugar como estudiar el tipo de suelo en el que está el jardín, observar qué parte de la ciudad está el jardín y que criaturas lo visitan. Con lecciones como estas, los jardines escolares con modelos de educación basada en el lugar, salones exteriores que fomenten una generación de guardianes ambientales.

Por otro lado más gente está descubriendo la importancia de respaldar el sentido de admiración y de imaginación de los niños, y el jardín escolar provee de una plataforma para poder realizar juegos imaginativos abiertos.
Muchas veces en las escuelas las opciones de juego se reducen a los deportes como el basketball o a los juegos organizados como saltar a la cuerda. La adición de un jardín escolar introduce un tipo de juego más imaginativo como una opción que atrae a muchos estudiantes. Muchos estudios demuestran el valor de los juegos no estructurados. Todos ellos apuntan a los beneficios cognitivos del juego en la naturaleza que incluyen la creatividad, la capacidad de resolver problemas, de enfocarse y la auto-disciplina. Los beneficios emocionales y sociales muchas veces incluyen la cooperación, la flexibilidad, la reducción del stress y una agresividad reducida (Burdette y Whitaker 2005; Kellert 2005).

Del libro: Pringle , Rachel Kathleen y  Bucklin Sporer, Arden .How to Grow a school garden a complete guide for parents and Teachers   Ed. Timber Press
Traducción por El vibrero.

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