Hace unos días viajando en el transporte urbano, un niño, que estaba
leyendo propaganda que invade las calles de la ciudad de Puebla, de
repente le preguntó a su mamá ¿qué es un “MEGAPROYECTO”?, la madre,
supongo, para salir del problema le contestó que eran proyectos
“grandotes”, al parecer el niño no quiso entrar en mayores
averiguaciones. Comento esta situación porque es importante dar
respuesta a una pregunta que parece una inocentada, pero que mucho
tendrá que ver con nuestra futura realidad ambiental, social, económica,
jurídica y hasta cultural.
¿QUÉ SON LOS MEGAPROYECTOS?
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un megaproyecto[1]
en nuestra región (América Latina) es un proyecto que genera un alto
impacto y tiene un alto nivel de riesgo independientemente de su monto
de inversión.
En el fondo la señora dio una respuesta a medias, es decir, los
megaproyectos son grandes proyectos de infraestructura para la obtención
de energía, agua, petróleo y gas, y de redes de comunicación, algunos
se justifican como proyectos “verdes”, “sustentables” o “amigables con
la naturaleza”. Las palabras mágicas que hacen válida la creación de
grandes complejos petroleros o refinerías, hidroeléctricas,
termoeléctricas, parques eólicos, gasoductos, megapuertos, etc., son “el progreso, desarrollo y crecimiento económico” y es en su nombre, que empresas privadas obtienen permisos o concesiones y asignaciones federales para explorar, extraer y explotar
recursos naturales que se encuentran muchos de ellos en el subsuelo.
Para llevar a cabo estos objetivos, se requiere construir estas grandes
centrales, que casi siempre, van acompañadas de infraestructura de
comunicación como carreteras y puentes, redes ferroviarias y marítimas,
de comunicación, así como redes eléctricas.
Un megaproyecto puede ser intercontinental, como el Plan Puebla
Panamá (PPP) que actualmente se le conoce como Proyecto Mesoamérica,
cuyos objetivos son la integración de los países centroamericanos con
los estados del sur de México para facilitar la exploración, extracción y
explotación de recursos naturales, ello implica necesariamente la
implementación de vías de comunicación que conecten al océano Pacífico y
al Atlántico para garantizar o facilitar la exportación de los recursos
obtenidos en estos países.
Otro tipo de megaproyecto es el que “integra a una región”, como
ejemplo está el Proyecto Integral Morelos CCC Centro y Gasoducto[2]
Tlaxcala-Puebla-Morelos, proyecto que, en una segunda fase se conectará
con el estado de Querétaro. Según lo planeado, en la primera fase se
llevará a cabo la instalación de dos centrales para la generación de
energía eléctrica, transportación de gas desde los ductos de PEMEX, una
línea eléctrica y un acueducto.
¿POR QUÉ SON INSUSTENTABLES LOS MEGAPROYECTOS?
La sustentabilidad tiene una dimensión ambiental que asegura las
condiciones de vida de las generaciones futuras; ello implica, elaborar
un conjunto de acciones y medidas para garantizar un desarrollo sustentable,
que son procesos muy elaborados para planear sobre un determinado
territorio, es decir, se tienen que considerar una serie de herramientas
que permitan planear, ordenar, resolver y tomar decisiones sobre un
territorio determinado en el marco de políticas ambientales adecuadas,
tales como los ordenamientos ecológicos territoriales, evaluaciones de
impacto ambiental, donde se consideren los riesgos ambientales y
antrópicos.
El BID plantea los altos riesgos económicos de estos megaproyectos, pero no nos aclara los altos riesgos del impacto ambiental y sociocultural cuyos daños son IRREVERSIBLES. Se ha ido documentando cómo la intervención de los territorios por parte de empresas privadas contribuyen a la pérdida de biodiversidad al sobreexplotar especies; también destruyendo hábitats
mediante la deforestación y sustitución de bosque por pastizales o
potreros y por monocultivos, así como la introducción de especies no
nativas e incluso la siembra de semillas transgénicas y dividiendo el territorio.
Es imposible hablar de megaproyectos sin considerar la
sustentabilidad para cualquier región que será afectada y determinar los
impactos y desastres que estos grandes proyectos han generado y pueden
generar en diversos territorios, por ejemplo, en el caso de los estados
de Tlaxcala-Puebla-Morelos, se pretende construir un gasoducto en una
zona de alto riesgo volcánico, lo que nos lleva a pensar que el desastre
se está construyendo. No puede ser sustentable lo que genera un
“desastre planificado” porque vulnera al medio ambiente e implica
repercusiones significativas en el tejido sociocultural de las
comunidades de una región, y entonces el desarrollo sustentable se
convierte en un mito, en un saqueo de los recursos naturales, así como
en una pérdida para la biodiversidad y en una pesadilla para las
comunidades.
¿POR QUÉ SON INSOSTENIBLES LOS MEGAPROYECTOS?
Estos grandes proyectos o megaproyectos obedecen a una lógica de
“crecimiento económico” impuesto desde modelos internacionales y por
intereses del gran capital. Para noviembre de 2012 el BID en voz del su
presidente Robert Zoellick, manifestó que “los países latinoamericanos
necesitan invertir más en infraestructura con miras a expandir sus
economía…” y más adelante determina que “La infraestructura debiera ser
uno de los fundamentos de una “nueva agenda americana”, y para
muestra un botón, durante el VI informe de Felipe Calderón, se informaba
que de 2007 al 2012, se construyeron “20 mil kilómetros de carreteras”.
En marzo de 2012, el BNaméricas[3] reportó
que se habían financiado 160 proyectos en infraestructura durante su
gobierno, entre los principales proyectos para el corto y medio plazo
destacaban:
- La Refinería del Bicentenario, en Hidalgo, con una inversión de 11 mil mdd.
- La Mina del Boleo, en Baja California Sur, que extraerá cobalto y que costará 3 mil 500 mdd.
- La Mina de oro de Metates, en Durango, cuyo costo asciende a 889 mdd.
- El Emisor Oriente, en Hidalgo, una instalación hídrica que pretende ayudar a controlar las inundaciones en el centro del país, y que requiere una inversión de 339 mdd.
- Atotonilco, en Hidalgo, otro proyecto hídrico que tratará el equivalente a toda el agua que se consume en el D.F. para permitir que sea reutilizada. La inversión necesaria asciende a 710 mdd.
- La Yesca, en Nayarit y Jalisco, una planta de generación de energía, con ocho subproyectos con valor de 767 millones de dólares (mdd). Se encuentra actualmente en construcción.
- El Interpuerto de Monterrey, en Nuevo León, una autopista que requiere una inversión de 2 mil mdd y que está siendo construida.
Según el BID[4]
estos megaproyectos se caracterizan por el largo tiempo que necesitan
para ejecutarse; tener presupuestos elevados para la economía en la que
se desarrollan; involucrar a un alto número de actores tanto públicos
como privados y, presentar mayores riesgos y altas complejidades
tecnológicas, jurídicas y ambientales.
La realización de muchos de estos megaproyectos se lleva a cabo con
inversiones privadas, sin embargo, actualmente hay una aportación
importante de recursos públicos; es decir, muchos de estos proyectos
están aprovechando la infraestructura pública para satisfacer sus
requerimientos; otra estrategia que han implementado es presionar a los
países para que modifiquen, leyes y normas para ser beneficiados, no
pagando impuestos, imponiendo sus condiciones y vulnerando el estado de
derecho mexicano.
Pero ¿Cómo lograr un equilibrio ecológico para ser sostenibles?, si
este modelo extractivista consume más energía, más recursos (agua,
minerales, energéticos, hidrocarburos, etc) y no se le da tiempo al
sistema natural de renovar y asimilar sus desechos; precisamente este desequilibrio es lo que hace insostenibles estos megaproyectos y los convierte en proyectos depredadores.
¿BENEFICIAN LOS MEGAPROYECTOS A LA COLECTIVIDAD?
La mesa está puesta para la intervención de capitales privados, a lo
largo y ancho del país hay varios megaproyectos en puerta, sobre todo en
los sectores urbano, turístico, energético y minero. Para el caso del
sector energético en algunos estados se están realizando megaproyectos
para la obtención de energía eléctrica, por medio de energías renovables
como la hidráulica, eólica, biomasa, solar, geotérmica y mareomotriz,
lo que actualmente se conoce como “energías limpias”, así como el uso de
compuestos convencionales como el carbón, petróleo, gas entre otros.
Particularmente en el estado de Puebla, poco a poco se ha ido
obteniendo información y se sabe que el gobierno federal y estatal
tienen planeados ocho proyectos hidroeléctricos en la Sierra Norte y uno
en la Sierra Negra; un gasoducto en la Sierra Norte (Tuxpan-Atotonilco
en Hidalgo) y uno más en Tlaxcala-Puebla-Morelos; la explotación de
petróleo y gas por medio de fracking en la Sierra Norte en los
municipios de Venustiano Carranza, Pantepec y Francisco Z. Mena que
pertenecen a la región de Chicontepec y forman parte del proyecto Aceite
Terciario del Golfo (ATG); 19 parques eólicos para la región de
Tecamachalco-Tehuacán y la Secretaría de Economía de la Federación ha
otorgado alrededor de 344 concesiones para la exploración minera y
petrolera, posteriormente otorgará los permisos de explotación para las
minas a cielo abierto y la obtención de gas de lutitas o gas Shale por
medio del fracking o fraccionamiento.
Estos megaproyectos tienen altos impactos sociales y ambientales, son
muy costosos y afectan las economías locales y regionales, se han
convertido en amenazas para las tierras indígenas en muchos países, pues
expulsan pueblos, acaban con su cultura y tradiciones.
Finalmente, las comunidades están dando batalla por defender sus
territorios, estableciendo algunas estrategias importantes como
INFORMARSE, compartir la información para ORGANIZARSE, y, así, DEFENDER y
PROTEGER su patrimonio natural y cultural, mientras la RESISTENCIA
continúa…
[1]Revisar a René Cortés en América Latina: ¿Estamos preparados para megaproyectos de transporte? Publicado el 27 de febrero de 2014: http://blogs.iadb.org/moviliblog/2014/02/27/america-latina-estamos-preparados-para-megaproyectos-de-transporte/
[2]
La Subdirección de Desarrollo de Proyectos de la CFE dio a conocer la
siguiente información con respecto al gasoducto, en Tlaxcala la longitud
que abarca este proyecto es de 48.190 Km; pasando por siete municipios:
Tlaxco, Hueyotlipan, Ixtacuixtla de Mariano Matamoros, Santa Ana
Nopalucan, San Damian Texoloc, Nativitas, Santa Apolonia Teacalco; en el
estado de Puebla, recorre una longitud de 88.128 Km, atravesando los
municipios de Huejotzingo, San Pedro Cholula, San Jerónimo Tecuanipan,
Santa Isabel Cholula, Ocoyucan, Atlixco, Atzitzihuacan, Huaquechula,
Acteopan, Cohuecan, Nealtican y para Morelos, recorre 23.490 Km de
longitud pasando por los municipios de Yecapixtla, Temoac, Jantetelco,
Ayala, Jonacatepec, Tepalcingo. Consúltese:
http://em.fis.unam.mx/public/mochan/blog/20110803proyectoMorelos.pdf
[3] Consúltese la nota de altonivel.com.mx del 7 de marzo de 2012: Infraestructura en México, ¿dónde nos encontramos?
http://www.altonivel.com.mx/19397-untitled-resource.html
[4] Revisar la nota de América Latina: ¿Estamos preparados para megaproyectos de transporte?, publicado el 24 de febrero de 2014 en la página del BID: http://blogs.iadb.org/moviliblog/2014/02/27/america-latina-estamos-preparados-para-megaproyectos-de-transporte/
FUENTE: http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2014/03/10/insustentables-insostenibles-e-innecesarios-los-megaproyectos-2/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario