Cerca de mil millones de personas en el mundo sufren de hambre y el 90 % de ellos viven en las zonas rurales de los países más pobres. Pero el problema actual del hambre, al contrario de lo que uno pudiera pensar, no está causado por la cantidad insuficiente de comida que se produce, sino por el sistema actual de producción de comida que se caracteriza por una injusta distribución de la comida, la tierra y los medios de producción, y por una organización desventajosa de los mercados agrícolas, así como unas políticas agrícolas inadecuadas e injustas a nivel internacional y local que han permitido a las grandes corporaciones acaparar los recursos y los mercados, haciendo que los monopolios sean los que controlen los precios de los alimentos y cómo se producen, en detrimento de las comunidades locales y el medio ambiente.
La soberanía
alimentaria es un derecho de las
comunidades y los países de definir de manera autónoma las políticas agrícolas
y alimentarias de una forma que responda a las necesidades y
expectativas de la gente, permitiéndoles lograr un nivel adecuado y saludable de alimentación. La forma de lograr la soberanía alimentaria se basa en una participación democrática en la
definición de las políticas agrícolas y alimentarias por todos los afectados,
especialmente quienes viven en zonas rurales.
Imaginemos que
pudiéramos participar en definir cómo se diseña el sistema de producción
de comida – desde el acceso a la tierra, hasta los métodos de cultivo, el
procesamiento de la comida y
finalmente la distribución de los alimentos . Eso es exactamente de lo que se
trata la soberanía alimentaria, de
la habilidad de una comunidad local, de las personas en nuestra región o país,
de decidir cómo va a funcionar ese sistema de producción de comida. La soberanía
alimentaria en la práctica consiste en que las comunidades locales decidan la forma en que la comida es
producida y vendida en el país donde viven.
El concepto de
soberanía alimentaria fue primero introducido en 1996 por una organización internacional de campesinos, conocida
como La Vía Campesina. De acuerdo con la Vía Campesina la soberanía alimentaria
es: el derecho de los pueblos a la comida saludable y culturalmente apropiada producida a
través de métodos sostenibles, y su derecho a definir sus propios sistemas de
producción agrícola y de comida. Utilizando un modelo sostenible de producción
a pequeña escala que beneficia a las comunidades y el medio ambiente. Poniendo
las aspiraciones, las necesidades y las vidas de quienes producen, distribuyen
y consumen la comida, en el corazón de los sistemas y políticas de producción alimentaria , en vez de responder
a las demandas de los mercados y las corporaciones. La soberanía alimentaria
prioriza la producción y consumo de comida local . Le da a un país el derecho a
proteger a sus productores locales de las importaciones baratas y controlar la
producción. Asegura que los derechos
de acceso a las tierras, los territorios, el agua, las semillas y la
biodiversidad estén en manos de quienes producen comida y las comunidades
locales y no en manos del sector corporativo.
Lo que La Vía
Campesina promueve es una visión más amplia de la agricultura y la economía que
incluyan la justicia social, la democracia real y el cuidado de la naturaleza.
Enlace a la página de La Vía Campesina: http://viacampesina.org/sp/
Fuente: Gerwin
Marcin, Food and Democracy. Polish,
Green Network,2011.
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